Este artículo se publicó previamente en la revista Entrepreneur, Vol. 26, No. 4, Abril de 2018.

La innovación es lo de hoy. En todos lados el tema es innovar. Sin embargo, cuando hablamos de tecnología, cobra un interesante cariz. La tecnología genera un círculo virtuoso al unirse con la innovación. Este círculo promueve la disrupción. Va ascendiendo en espiral al crear novedosos conceptos a partir de buscar soluciones para satisfacer las nuevas necesidades que surgen a partir de experimentar con las innovaciones anteriores. Lo importante a notar es que la tecnología puesta en acción genera soluciones a un problema y en este ejercicio se construyen las tendencias tecnológicas. Podemos hablar de muchos ejemplos, como los teléfonos celulares: dispositivos que surgieron a partir de una invención. Un desarrollo tecnológico novedoso que aterrizaba y daba solución a un problema técnico de la sociedad que era el comunicarse a distancia sin necesidad de cables y con completa autonomía. Estos teléfonos que, en un principio, eran aparatos voluminosos y pesados, con una recepción terrible y que sólo servían para hacer llamadas telefónicas esporádicas e intermitentes, y que evolucionaron a los dispositivos que ahora llamamos teléfonos inteligentes. ¿Cómo se promovió esta evolución a la luz de la propiedad intelectual? Obteniendo patentes de las características técnicas y funcionales que mejoraban la operación interna del teléfono; registrando diseños industriales que protegían los elementos de diseño de cada modelo de teléfono; registrando las marcas de cada uno bajo la cubierta de la marca principal para sembrar en el consumidor sus fortalezas, y por supuesto, los slogans para complementar el branding. El sólo hecho de lograr un dispositivo con estas características, provocó también, el desarrollo tecnológico en paralelo y la protección a través de propiedad industrial, de las redes de comunicación, los dispositivos inalámbricos mejorados, las baterías de mayor duración y menor tamaño para adecuarse al tamaño cada vez más reducido de los teléfonos; de la incorporación de la capacidad de manejo de datos de Internet, de los circuitos integrados o chips, de las tarjetas de memoria y finalmente, de los algoritmos y programas de operación, o software, que protegen los derechos de autor, y que hacen que, año con año, - y la demanda se hace cada vez más frecuente –esperemos con entusiasmo, ver el nuevo y mejorado gadget objeto de nuestras quincenas.

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