El 19 de noviembre se firmó un acuerdo entre el Servicio de Administración Tributaria (SAT) y la Asociación de Bancos de México (ABM), con el propósito de generar en forma automática un Comprobante Fiscal al momento de efectuarse el pago en una terminal bancaria en cualquier comercio, como contraprestación por la adquisición de un bien o servicio por parte de un particular, ya sea persona física o moral.

El anuncio del SAT que en un principio no fue muy claro, ocasionó un sinnúmero de dudas entre los contribuyentes, principalmente alrededor del concepto de "discrepancia fiscal", debido a que se asumía que más de algún contribuyente podría encontrarse en situaciones potenciales de contar con mayores gastos con respecto a los ingresos que declara en el año fiscal (ej. el pago de un bien o servicio con ahorros de años anteriores), sin que esto necesariamente represente una "discrepancia fiscal".

En los últimos días la autoridad fiscal ha estado aclarando la situación, mencionando que la medida solo será un medio para facilitar la emisión de comprobantes fiscales y ha desmentido que este mecanismo sea una medida de fiscalización adicional a las que ya existen, además de que la emisión del comprobante será opcional, por lo cual, cada comercio y consumidor (contribuyente) decidirá si expide o solicita el documento, respectivamente.

Aquí es importante mencionar que, hoy en día, los bancos ya proporcionan al SAT cierta información de sus usuarios, como son: nombre o razón social, nacionalidad, fecha y lugar de nacimiento, domicilio, además de los movimientos bancarios (depósitos, retiros, créditos, etc.), entre otros datos. Lo anterior al margen de que exista un Comprobante Fiscal Digital por Internet (CFDI) de por medio. Es decir, todo usuario del sistema financiero es, en esencia, un contribuyente actual (o potencial) del SAT y este cuenta con la información para solicitar una rendición de cuentas con respecto a potenciales omisiones en el pago de impuestos federales.

Desde hace ya varios años en México se ha vivido un proceso de tecnificación en el ámbito fiscal, desde la creación de la facturación electrónica en sus diferentes versiones, el reporte mensual de la contabilidad electrónica, la emisión de complementos en CFDI y, hasta el día de hoy, con el asunto de la facturación automática que arranca en 2020.

Por otro lado, los especialistas en el tema fiscal tienen mucho tiempo advirtiendo sobre el tema de la discrepancia fiscal y es, hasta ahora, con esta iniciativa, que la población en general empieza a prestar atención al tema. Lo anterior no es, en sí, necesariamente algo negativo ya que ahora que los contribuyentes, principalmente personas físicas, tienen este tema en mente, buscarán llevar a cabo sus operaciones con mayor orden y control al que anteriormente seguían.

En cualquier caso, el asunto de la discrepancia fiscal no es algo que debería dejarse pasar por alto, por lo que, si alguno de los lectores tiene dudas o inquietudes al respecto, sugerimos que contacte a los profesionales de Mazars para obtener asesoría al respecto.

Artículo de Carlos Cortés, Gerente de AOS en Guadalajara   

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